Las mermeladas del Monasterio de
Santa María de Huerta (Soria), se están vendiendo bastante bien en la Parroquia
de San José de Albacete.
Desde la pasada Navidad hasta estos
días de febrero, son ya cerca de 600 los tarros vendidos, de muy variados
sabores: fresa, melocotón, mandarina, naranja con chocolate, café, tomate,
ciruela, etc., gracias a la iniciativa que tuvo Teresa Ruipérez, de esta parroquia
que también es la mía, de traérselos aquí, en furgoneta trayecto
Albacete-Soria-Albacete, con el objetivo de ayudar a los monjes cistercienses
de Santa María de Huerta, que elaboran y venden estos preparados tan dulces y
nutritivos, cien por cien naturales.
Juan Ruiz Cifuentes, al enterarse
por este blog de que estas mermeladas estaban aquí, me encargó unas cuantas,
invitando a sus compañeros de la Asociación Desarrollo de Albacete a comprarlas.
Él ya las conocía de cuando vivía en
Soria, donde estuvo trabajando de
encargado del Ecomuseo “El Molino de los Ojos”, www.ecomuseo.sanesteban.com/
en San Esteban de Gormaz, en una interesante labor sociocultural y turística.
Explicaba a alumnos de colegios e institutos y a los turistas, el ecosistema
cerealista y todas las tradiciones populares de Castilla y León. También
dirigía visitas guiadas a las iglesias y castillos del lugar, entre otras
muchas tareas.
Juan habla muy bien de la gente de
Soria. De allí tiene muy buenos recuerdos. “Los sorianos son gente muy llana,
de mucha nobleza. Todo lo que tienen, te lo dan”, me comentó cuando me pidió mermeladas.
En San Esteban de Gormaz llegó hasta tener una pequeña granja, cuidando
corderos de raza ojalada y pavos, que le daban los vecinos.
Y yo, tengo que hablar muy bien de
él, porque este hombre en sí es una bendición. Un ángel que va allanando y
despejando los caminos, haciéndolos más fáciles de transitar. Es ángel mío y de
muchísima más gente, que Dios pone en nuestro camino. Unos nos damos cuenta de
que están ahí… y otros no saben lo que se pierden al no fijarse en ellos.
Me gusta cómo es Juan y me
siento muy bien con él. Es una maravilla de persona, cien por cien natural como
las mermeladas del Monasterio de Santa María de Huerta. Lo de Soria, fue sólo
un paréntesis de casi cuatro años en su trayectoria, porque él sobretodo
destaca en el campo sociosanitario, en el que lleva trabajando ya 25 años, y en
Albacete, para fortuna de los que aquí estamos.
Juan Ruiz Cifuentes estuvo desde los
9 hasta los 18 años de edad, en el Seminario de Albacete. A los 18 empezó su andadura
en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, y en una empresa privada que
montó con un grupo de amigos, Alternova Servicios Sociales, en la calle Baños.
También impartió cursos sanitarios en IFES, y en el Ayuntamiento de La Roda,
fue coordinador de actividades de AFAEPS (Asociación de Familiares y Amigos de
Personas afectadas por Enfermedad Mental).
Ahora es encargado de talleres de la
Asociación Desarrollo de Albacete, de Atención Integral a las personas con
Autismo y otros Trastornos Generalizados del Desarrollo, donde está desde el inicio
de esta asociación, hace ya 10 años.
En esta página, autismo albacete se puede ver lo que
enseña Juan a hacer a los chicos y chicas de la Asociación Desarrollo en los
talleres, entre otras muchas más cosas, indispensables para su autonomía y
calidad de vida.
“Son 25 años dedicado a las personas
y sobre todo a aquellos que más lo necesitan… y muchos más que espero seguir, con
la ayuda de Dios Padre”, me comenta Juan. Así sea.
En la imagen, podemos ver a Juan
Ruiz Cifuentes, comiendo en Chirivel (Almería). Y es que Juan lleva una vida
intensísima. Es alegría, actividad… acción desbordante. En Soria, fue tenor en
la coral de la parroquia de San Esteban de Gormaz, donde llevó también la
catequesis de Confirmación. Ha conocido a la Madre Teresa de Calcuta, al
Hermano Roger de Taizé, al Papa Juan Pablo II…
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