Con esta receta de alcachofas que están ya de temporada, deseo felicitar el año 2013, para que todos tengamos mucha alegría, amor, salud y trabajo. Pero no basta con desearlo, sino de hacerlo posible, así que, junto con mi deseo, animo a todos y a mí misma a hacerlo posible. ¡Cada uno y cada una sabremos cómo!
Ojalá
fuera tan fácil como esta receta de alcachofas, pero… ¡PODEMOS!
Bueno,
vamos a la cocina:
Ingredientes para 4
personas:
·
4
alcachofas grandes (así tocamos cada uno a más).
·
Aceite
de oliva.
·
Sal.
·
Vinagre
de Jerez o de manzana.
·
¡Y
no hay más!
Elaboración
Limpiamos
las alcachofas bajo un buen chorro de agua, cortando previamente el tallo, de
forma que la alcachofa se quede de pie en
el plato (no tumbada); arrancamos las
hojas pequeñas que estén ya casi desprendidas y cortamos las puntas de las
hojas más superficiales.
Una
vez arregladas las alcachofas como vemos en la imagen, las ponemos como he
comentado en vertical, una junto a la otra en un plato hondo o fuente de
cristal con la resistencia adecuada para el calor del microondas.
Tomamos
un buen pellizco de sal y lo hacemos llover por encima de las alcachofas y
entre ellas. Después el aceite, que vertemos con moderación y según gusto por
encima de cada alcachofa, y a continuación procedemos de igual manera con el
vinagre, pero éste, un chorro rápido por encima.
Llevamos
el plato o fuente de esta guisa -nunca mejor dicho- al microondas. Y a máxima
potencia, de 14 a 15 minutos (cada uno conocemos nuestro horno, aquí es difícil
precisar el tiempo), y tapado, dejando la respiración suficiente, pues el condumio
de las alcachofas se pone a chisporrotear a medida que se va cocinando este
preparado.
Es
importante cocerlo en dos tiempos, es decir, si son 14 minutos, pues
programamos 7 minutos, abrimos la puerta del microondas y destapamos para ver
cómo va de cocción, y por si hay que levantar alguna alcachofa que se nos haya
tumbado. ¡Cuidado con el vapor al levantar la tapa, que ya sabemos que quema!
Y
luego, lo mismo otros 7 minutos.
Y
ya están listas y buenísimas. Vamos cogiendo hoja por hoja, mojando en el
caldito del aceite, sal y vinagre, y mordiendo la parte de debajo de la hoja,
-el quesito, como decimos en mi casa-, hasta llegar al corazón de la alcachofa,
el bocado principal y todo un manjar en este caldito tan bueno. Y rematamos la
faena mojando pan. ¡Va por ustedes!
Una
recomendación: el sabor de la alcachofa, algo metalizado, nos puede alterar el
gusto al paladar de otros alimentos que tomemos a continuación, por lo cual yo
recomiendo tomar este plato de alcachofas al final de la comida.
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