Entre
sus aficiones, están la cocina y las
manualidades –la verdad, podríamos decir que la buena cocina es una labor
manual de primera categoría-. Pero
además de cocinar y muy bien, Sonia tiene buenas manos para todo: Vaya bolsos
de ganchillo que confecciona, y qué preciosidades hace de tela y de cualquier
otro material. A ella le gusta la artesanía, sobre todo.
Sonia
nos brinda para Albacete Bienmesabe, su Torta Pascualina
de Uruguay, que aprendió a hacer en su querida tierra natal, viendo a su abuela
y a su madre elaborar y disponer uno a uno todos los ingredientes: la torta o
masa de harina de cereales, agua, sal y huevo; las espinacas y las cebollas,
plantadas y recogidas en el huerto de la casa; y los huevos, recién puestos por
las gallinas que alimentaban y cuidaban al lado de la casa.
Ahora es todo mucho más
cómodo y rápido:
La masa es masa de hojaldre que se compra congelada, en porciones de 2 masas la
caja; las hojas de espinacas, en cuadrados congelados más duros que una piedra;
los huevos, ya sabemos que ahora vienen directamente de la tienda, del mercado
o del súper… una breve preparación con
todos estos alimentos y listo para el horno.
Sonia
echa de menos el gusto que proporciona a las
comidas la cocina de leña y el aroma de los alimentos frescos y recién
recolectados. Sobre todo, el sabor de la carne de ternera de Uruguay. Cielos, qué sabor y qué bien la
cocinan allá. Es la comida por excelencia en ese país.
Pero,
hay que aprovechar las ventajas de las tecnologías, pues suponen desarrollo en
todos los sentidos, como nos dice Sonia, y además, el resultado en la cocina es
también muy bueno.
Esta
Torta Pascualina que nos trae Sonia es como la empanada de espinacas con huevos
que de manera muy parecida preparamos aquí en España. Ella ha realizado un
trabajo magnífico: ha tomado fotografías de todos los pasos para elaborar la
torta, y así lo vamos a mostrar:
1.- Preparamos los
ingredientes:
Las
espinacas, las descongelamos en muy poca agua, con una pizca de sal. Unos 5
minutos, hirviendo. Apartamos rápido y dejamos escurrir para eliminar toda el
agua posible.
Los
huevos, los sacamos de la nevera para que se atemperen.
La
cebolla, cortadita en trocitos muy pequeños.
Las
masas de hojaldre, seguimos las instrucciones de la caja: las sacamos y dejamos
que se descongelen.
2.- Elaboración:
En
una sartén con un poquito de aceite de oliva, doramos la cebolla, no mucho. A
continuación, añadimos las espinacas. Salpimentamos según gusto y damos
vueltas, durante unos tres ó cuatro minutos.
Las
masas de hojaldre, una vez que han perdido la rigidez por la congelación, hay
que estirarlas con un rodillo, o un vaso largo. Hay que ver lo que da de si la
masa bien trabajada y estirada -esto lo he aprendido de Sonia-.
Vamos a por la bandeja del horno y cubrimos su fondo con mantequilla o ponemos papel vegetal, para que no se nos agarre
la torta. Ponemos una de las masas en la bandeja y añadimos las espinacas
cocinadas por toda la superficie. Después, añadimos los huevos. Como vemos, en
la receta de Sonia es así: Se casca el huevo uno por uno en un cuenco, y del
cuenco, sin batir, lo dejamos caer sobre las espinacas, y vamos distribuyendo
los huevos sobre todas las espinacas.
Cubrimos
todo este preparado con la otra masa de hojaldre, y sellamos las dos partes de
masa con el dedo, de manera que nos quede bonito, con buena presentación de
torta o empanada.
Y
a continuación, batimos -ahora si- un huevo, y pintamos toda la parte de arriba
de la torta, para que nos salga con un apetecible color dorado.
Y
al horno previamente precalentado, a unos 160º – 180º, calor por arriba y por
abajo, durante unos 20 minutos. La masa tendremos que pincharla con un palillo
cuando se esté haciendo y veamos que sube un poquito, para evitar que se rompa.
Y listo. Cocina rápida y muy
buena en aporte nutritivo y al paladar, gracias a este buen trabajo de Sonia
Noemir, que nos invita a su mesa como vemos en la imagen, con un buen vino que
siempre realza una buena comida.
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