En una gran casa de campo de una aldea llamada Peñacárcel, a unos diez kilómetros de Chinchilla de Montearagón (Albacete), en dirección Valencia por la Autovía del Levante, mis cuñados -Jesús, Pedro y Consuelo-, preparan un menú gastronómico campestre por todo lo alto, que la Gastronomía bien que se nutre de los manjares del campo, cien por cien naturales, sabor a lumbre y a leña.
Todos los años, por San Pedro y San Pablo -el 29 de junio-, vamos para allá toda la familia de aquí, para festejar la cosecha del trigo y la cebada.
En las imágenes, los platos de tan exquisito menú: Cordero fritito en su jugo, patatas al montón fritas en rodajitas, que quedan amontonás y blanditas, de ahí su nombre, muy típico de aquí. Y siguiendo con lo típico de la cocina de Albacete... las guarras a la parrilla, que recuerdan a la chistorra de los vascos, embutido con carne picada de cerdo, parecido a la salchicha pero rojo por el pimentón... buenísimo -el que viene a Albacete y lo prueba por primera vez, pues que va a por otro trozo y otro-; huevos fritos, que hay que ver cómo están al fuego vivo, más ricos aún; morcilla, también frita..., pero al amor y sabor de la lumbre.
Y de postre... pues aparte de la bollería de chocolate que les encanta a niños y no tan niños, no puede faltar lo que encontramos en los árboles frutales que mi suegra Benita tuvo el buen acierto de plantar allí. Esta vez, los nísperos que nos dejaron sin picar los pajaricos, porque aún no estaban los frutos del todo maduros que si lo llegan a estar, pues que no pillamos ni uno.
Y esta vez, mi cuñada Ángela, de Belerda de Guadix (Granada), se presentó con un salmorejo de su tierra andaluza... que olé, hecho por ella, por supuesto. No es que sirviera el salmorejo para desengrasar entre tanta fritura, pero sí que dió frescor, color y sabor a tomate del bueno. El samorejo, típico de la zona de Córdoba, es una crema a base de miga de pan, aceite de oliva, algo de vinagre, ajo, pimiento y sobre todo, tomates y sal, servido con virutas de jamón serrano y trocitos de huevo duro, que se pone de primer plato, pero nosotros lo compaginamos con todo lo que había allí sobre la mesa.
Riquísimo el salmorejo de Ángela.
Ángela y Alberto, -también mi cuñado, y por tanto, ella también-, ya son padres. Hoy ha nacido su hijo. Se llama Alberto. Albertico, va por ti, con el amor de estar contigo y verte crecer y comer mucho, mucho de estas cosas tan campestres y tan buenas.
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