Padres, Hijos y Redes Sociales: Un mundo real de encuentro

José Gabriel Vera Beorlegui, sacerdote y periodista, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Medios y Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE)
Fotografía de Juanma Talavera (Diócesis de Albacete)

Artículo publicado por la Revista Cooperador Paulino nº 169, de las Ediciones San Pablo de Madrid, sobre la intervención de José Gabriel Vera Beorlegui, con el tema "Redes Sociales: un mundo real de encuentro" y "Redes Sociales: riesgo y oportunidad", en la XXIV Semana de la Familia de la Diócesis de Albacete, celebrada durante los días 25, 26 y 27 de marzo de 2014. http://www.sanpablo.es/servicios/cooperador-paulino/24-no-169

Padres, hijos y redes sociales: un mundo real de encuentro
 Feli Izaguirre
Hace unos veinte años que irrumpió Internet en nuestra vida, dando paso a una nueva cultura que está cambiando a velocidad de vértigo la manera de relacionarnos, de comunicarnos y de hacer las cosas más cotidianas, especialmente desde la aparición de las redes sociales -Facebook, Twitter, Tuenti, You Tube, etc., etc.-, hace ya unos diez años, fruto del desarrollo y expansión de Internet.
Es la cultura digital. El tiempo de la Red: Internet, la red de las redes sociales, que domina de tal manera los sistemas de comunicación que todo pasa por ella. Desde la red y por medio de la red, el ser humano busca, se relaciona, discierne, convive y comparte sus respuestas y preguntas. Sobre todo los más jóvenes, que se desenvuelven en este ambiente con toda naturalidad, como pez en el agua, porque desde siempre han convivido con las nuevas tecnologías de la comunicación. A estos niños y jóvenes nacidos ya en la era de Internet, se refiere el término de “nativos digitales”
José Gabriel Vera Beorlegui, sacerdote y periodista, director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Medios y Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española (CEE), ofreció una interesante reflexión sobre los retos que plantea a las familias la educación en esta cultura digital, en su intervención sobre “Redes Sociales: un mundo real de encuentro” y “Redes Sociales: riesgo y oportunidad”, en la XXIV Semana de la Familia de la Diócesis de Albacete, celebrada durante los días 25, 26 y 27 de marzo de 2014.
Describió unos retos que no son fáciles de abordar en las familias, principalmente por la razón de que mientras los niños y jóvenes son “nativos digitales”, los padres son “inmigrantes digitales”: los hijos van por delante en el conocimiento de la tecnología, para ellos todo es rápido y sencillo, -intuitivo, podríamos decir-, pero a nosotros, nos supone un esfuerzo muy grande movernos en Internet y las redes sociales y, en definitiva, adaptarnos a esta cultura.
“Llevamos más de veinte años arrastrándonos por las nuevas tecnologías como un inmigrante en tierra extraña: no sabemos interpretar bien los códigos, todo lo tenemos que aprender en este mundo digital en el que hacemos ya muchas cosas, pero no como ellos, los nativos digitales, ni todo lo que ellos pueden hacer”, explicó José Gabriel Vera.
Con todo, “padres y educadores debemos implicarnos -desde nuestra “ignorancia”, desde esta posición en desventaja desde el punto de vista del conocimiento de la tecnología-, en asegurar y potenciar los muchos valores positivos que tiene esta cultura digital y para minimizar los que no son deseables, enseñando a los hijos cómo tienen que utilizar Internet, las redes sociales y todos sus dispositivos móviles, con prudencia y con criterio”.
Es necesaria esta implicación, según explicó, porque los padres corren el grave riesgo de dejar de ser personas relevantes para sus hijos, al darse cuenta éstos de que saben más que sus progenitores sobre el manejo de las tecnologías, y al mismo tiempo, porque los padres no pueden renunciar a su obligación de educarlos. Para ello, es preciso que “en las familias, sobre todo en los hogares, donde hay un montón de conexiones digitales, -cada vez más-, se haga de Internet y de las redes sociales tema de conversación y lugar de encuentro entre padres e hijos”, afirmó José Gabriel Vera, dando claves y orientaciones para ayudar a los padres a  realizar su labor como educadores en la nueva cultura digital.
En Internet, la gente hace lo que hacen las personas por la calle: todo, exactamente lo mismo: aprende, enseña, se relaciona, se enamora, se divierte, se entretiene, trabaja, va a clases, reza… En este mundo digital compartimos información, conocimientos, sentimientos, compramos, vendemos, trabajamos, estudiamos, nos divertimos… “Hemos de dar un salto más en nuestra cabeza para tomar conciencia de que es un mundo real y no virtual”.

Internet somos nosotros: la responsabilidad de aportar lo mejor
José Gabriel Vera resaltó mucho más las oportunidades de Internet que los riesgos que suponen para los usuarios. “Los riesgos se superan con la educación”, puntualizó.
La imagen como es representada la cultura digital es la de “una gran ventana abierta por la que nos asomamos y podemos conocerlo todo. Pero de la misma manera, puedo aportar yo también contenidos al exterior por esta ventana. No sólo somos espectadores en Internet. Lo que hay en la red son personas, gente como nosotros que pone sus conocimientos, sus comentarios, sus sentimientos”.
“Puedes poner en la red la homilía que hiciste el domingo o la receta del postre que te has inventado. En el fondo, esto es como una gran democracia: nos podemos quejar de lo que pasa, pero somos responsables de lo que pasa y de aportar lo mejor de nosotros mismos. Es decir, tenemos responsabilidad sobre el contenido, sobre lo que sale en Internet. Si lo que encontramos en Internet no nos resulta valioso, es porque no hemos puesto las cosas valiosas que hacemos”.

Qué hacen los chavales de la nueva generación cultural
Los chavales acceden al teléfono móvil entre los diez y los doce años. A partir de los doce años, más del 30% lo tienen, y a los diecisiete años, prácticamente el cien por cien. “A la pregunta ¿cuándo compró el móvil a mi hijo? Podemos responder que cuando creas mejor, pero conviene saber que entre los diez y los doce años de edad habrán accedido al móvil todos los demás niños. Si tú se lo compras en ese tramo de edad, le podrás acompañar y enseñarle cosas, si no, aprenderá por otro lado y dejarás de ser una persona relevante para él”.
Los chavales lo hacen todo con los smartphones: se relacionan, se comunican, hacen las fotos, los vídeos, comparten contenidos, los editan, incluso “pueden hacer varias tareas a la vez y cada vez de manera más eficaz: mientras estudian el examen del día siguiente, contestan el whatsapp, actualizan un poco el facebook, y hasta hacen un par de vídeos. A nosotros también nos empieza a pasar esto de hacer varias tareas a la vez, pero no con la rapidez que lo hacen ellos. Está cambiando la forma de funcionar de nuestra cabeza con el uso de estas nuevas tecnologías”, comentó.
Por otro lado, la gente más joven, “todo lo que se pregunta, lo pregunta en Internet y ahí está la respuesta mezclada, a veces entre respuestas falsas, porque hay quien pone conocimientos falsos en Internet. En la red hay muchas cosas falsas, -añadió-, pero también hay muchas que son verdaderas. El problema que tenemos con Internet es discernir lo verdadero de lo falso, el mismo que se nos presenta en la vida”.
Otro dato inquietante es que más de la mitad de los chavales entre los diez y los dieciocho años utilizan las tecnologías en solitario: desde la televisión, pasando por Internet, y los smartphones.

Cómo enseñar a los hijos criterios y prudencia en Internet
Las familias no pueden cerrar la puerta a la cultura digital, sería un error grave, opinó José Gabriel Vera. En cuanto a cómo enseñarles a usar Internet “conviene reconocer abiertamente que ellos saben más que nosotros en el manejo de la tecnología, y lo mejor es aprender lo que ellos saben, para poder darles criterios y prudencia. Es decir, hacer un intercambio con ellos entre lo que ellos saben y pueden hacer y lo que nosotros podemos aportar”.
“Podemos decirle al niño: yo no te puedo enseñar tecnología, eso es lo que tú sabes. Yo, lo que te puedo dar es criterio, discernimiento, prudencia. Este pacto hay que hacerlo de manera verbal: mira, tú sabes muchísimo de tecnología y quiero que me lo enseñes. Yo no sé. Explícame cómo usar el whatsapp, el twiter, el Facebook, y yo te enseñaré a discernir, a encontrar la verdad dentro de Internet”, siempre en un marco de confianza, en el que los padres enseñen a sus hijos a buscar y utilizar contenidos de calidad y constructivos, y de la misma manera, que todo lo que puedan aportar ellos al exterior, sea también así.
Entre estas normas elementales de prudencia en Internet, citó José Gabriel Vera que “tenemos que ser dueños de lo que sale en Internet de nosotros mismos, y tener muy en cuenta que todo lo que se cuelga en la red puede ser difundido con fines distintos a los inicialmente previstos. También, que lo que colgamos o escribimos es público para todo el mundo (fotos, vídeos, opiniones)”.
“Hay que estar cerca de los hijos. No hay que perder de vista que la responsabilidad de lo que ellos hacen es de los padres. Por ejemplo, si el chaval hace ciberbulling, o está enviando fotos que puedan invadir la intimidad de otros, la responsabilidad de tu hijo recae sobre ti”. Su intimidad es también tu intimidad”.


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