domingo, 27 de agosto de 2017

La Divina Misericordia, la Gran Devoción para que Cristo reine en el corazón. I Peregrinación del Apostolado de la Divina Misericordia de España a Polonia. Receta de Salsa Pesto

La Divina Misericordia no es una devoción más: es la Gran Devoción para que Cristo reine en el corazón. Imprime esta imagen en el corazón y reza con estas palabras: Jesús, confío en Ti.

Hoy celebramos el aniversario del Bautismo de Elena Kowalska, la mensajera de la Divina Misericordia para el mundo entero. Hemos estado hace unos días en su casa, también en su parroquia y en su Convento de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, hoy Santuario Internacional de la Divina Misericordia, y soplaba el viento fuerte del Espíritu Santo: nos hemos llenado de este Amor tan grande que no cabe en el pecho y que impulsa con la alegría del corazón a hablar, a hacer, a escribir...

Ha sido la I Peregrinación Nacional a Polonia, promovida por el Apostolado de la Divina Misericordia de España, del 2 al 10 de agosto de 2017. Guiados por la Divina Misericordia, tras las huellas de Santa Faustina Kowalska y San Juan Pablo II.

Además de contar sobre esta peregrinación, daré, más abajo, como es costumbre en mi blog, una receta de comida. Esta vez, la Salsa Pesto, de origen italiano, que nos ha estado acompañando a la mesa en los restaurantes de nuestra peregrinación, como aliño buenísimo en ensaladas, carnes y sopas. Un sacerdote de nuestro grupo, Felipe, me dio la receta. Es muy sencillo de preparar.



Con nuestros sacerdotes en la Parroquia de Swinice Warckie, donde fue bautizada Elena Kowalska -Santa María Faustina Kowalska-, mensajera de la Divina Misericordia-, tal día como hoy, 27 de agosto, de 1905.
En la Santa Misa de esta Parroquia donde fue bautizada Elena Kowalska -Santa María Faustina Kowalska-, escuchamos que la Divina Misericordia no es una devoción más: es la Gran Devoción para que Cristo reine en nuestro corazón, y preparar al mundo para su segunda venida.


El Señor nos ha traído aquí para que irradiemos a los demás su misericordia e imprimamos su imagen misericordiosa en el corazón. Sólo en las almas humildes puede trabajar. Imprime esta imagen en el corazón y reza con estas palabras: Jesús, confío en Ti. "Solamente el alma humilde es capaz de vivir Mi gracia. Concedo Mi confianza a las almas humildes" (Diario de Santa Faustina Kowalska, 1220).


Nuestra Madre es la Reina del Cielo y la Tierra. Santa María es la Reina de Polonia. Ella nos recibe con todos los honores, en su Santuario en Jasna Góra, en Czestochowa y nos pide: Haced todo lo que mi Hijo os diga (J 2,5).
Visitamos muchos Santos lugares, en Polonia hay tantos... las familias enteras, padres, hijos, abuelos, rezando, de rodillas... los confesionarios llenos, confesiones una tras otra...

Ante Dios estás, no tengas la mente dispersa. Si el corazón no es el que ora, la lengua trabaja en vano.
Orar con el corazón, con la mente quieta en la oración, con la certeza de que estás ante Dios. Si no, no conseguimos nada.
Este mensaje está en el Santuario Kalwaria Zebrzydowska, donde Karol Wojtyla iba de niño a rezar a su Madre y entregarse a ella, y después como Papa Juan Pablo II. Tiene una historia preciosa San Juan Pablo II en este Santo lugar.



En el Santuario de la Divina Misericordia, en Lagiewniki, tuvimos tiempo de oración personal, confesiones y celebramos la Santa Misa. Una hermana de Santa Faustina Kowalska nos habló sobre la Divina Misericordia.

Allí escuchamos que la Divina Misericordia es el mensaje del gran amor de Dios, que toca y cambia todo. Jesús le dijo a Santa Faustina: tienes que preparar al mundo para mi última venida.

El Mensaje de la Divina Misericordia que nos entregaron las Hermanas, contenido en el Diario de Santa Faustina Kowalska, es este: La gente ya no sabe que les quiero. Háblales de mi gran amor. 

Las cinco claves de esta devoción a la Divina Misericordia, que abren el corazón a Dios, son: La veneración de la imagen de Jesús Misericordioso (la Divina Misericordia); el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia -una oración muy agradable a Dios, por cuanto le ofrecemos el Cuerpo y  la Sangre, el Alma y la Divinidad de su amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero-; la Hora de la Misericordia; celebrar la Fiesta de la Misericordia (el primer domingo después de Pascua); y la propagación de la devoción a la Divina Misericordia.

El Diario de Santa Faustina Kowalska nos habla al corazón del gran amor de Dios. Jesús le pidió que lo escribiera en un diario, para que conociésemos hasta qué grado de intimidad podemos tener con él y cómo desea él esta relación.


Ama como Yo

Jesús también encargó a Santa Faustina pintar el cuadro de Jesús, con los rayos de Sangre y Agua brotando de su Corazón, de la herida abierta en su costado por la lanza. La oración: Jesús, confío en Ti, es la respuesta a este amor inmenso, imitando también este amor: Ama como Yo, con tu comportamieno, tus palabras, obras, e implora la misericordia para los pecadores y para el mundo entero.
Sólo cuando abrimos nuestro corazón a Dios él hace grandes cosas. Confiar en él es no tener miedo, de nada. Con Jesús sí que podemos amar. La fuerza la recibimos en la oración y en los Sacramentos.
Otro sacerdote que nos acompañaba, Diego, nos comentó que ha leído que 365 veces se dice en las Sagradas Escrituras: no tengáis miedo. Podemos concluir entonces, que es para que lo recordemos cada día: no tengas miedo y confía en la misericordia de Dios.
Nos preguntó la hermana de Santa Faustina sobre qué es lo que distingue de manera fundamental esta imagen de Jesús misericordioso -la Divina Misericordia-, con respecto a las demás imágenes de Jesús conocidas, hasta que fue pintada ésta de la Divina Misericordia. No sólo son los rayos de Sangre y Agua que brotan del Corazón Misericordioso -como yo pensaba-, sino también que esta imagen es la Misericordia misma.


Mi experiencia sobre la Divina Misericordia

Tan sólo es necesario un acto de fe: mirar esta imagen con los ojos del corazón, y decir: Jesús, confío en Ti.  Dios sabe crear siempre cosas nuevas y sorprendentes en nuestra vida y en la historia, se apresura en socorrernos y nada le agrada más que le confiemos todo, cualquier problema de la vida y veremos con asombro el poder de su amor misericordioso. Él es bueno, todo ternura y amor, no deja de atraernos a Él con sus brazos siempre abiertos. 

Fiarse, apoyarse en Dios y vivir con este fiat, este sí a Dios, es lo más importante y lo más grande que uno puede hacer, y lo más pragmático también, porque por fin dejaremos obrar a Jesús mismo en nuestras cosas de cada día. Dejar obrar a Jesús, al Amor encarnado, que permanece crucificado en cada uno en nuestras tinieblas y padecimientos, hasta que no le miremos a él emergiendo de la oscuridad del corazón sufriente, como en el cuadro.


Sí, es lo más pragmático. Nada de lo mío le es desconocido. Porque hay una fuerza a la que Jesús no puede resistirse, que es la fe. La confianza en su bondad. Él percibe esa fe como un regalo personal del Padre y su  generosidad no tendrá límites, tal es el amor misericordioso, un dar y recibir continuo, no es un acto unilateral.

Receta de Salsa Pesto
Ingredientes                                                                        

- Aceite de oliva.
- Albahaca (en hojas frescas, mucho mejor).
- Piñones.
- Queso parmesano.                                         
- Medio diente de ajo (opcional).

Elaboración
En 150 ml. de aceite de oliva, vamos añadiendo el resto de ingredientes. Yo tomo como medida para el resto de ingredientes (la albahaca, los piñones y el parmesano), la cantidad que puedo tomar con una mano. Y trituramos todo, haciendo así la salsa.



Varsovia.

No temáis, abrid las puertas a Cristo, de par en par -San Juan Pablo II-